Yo no sé si el hábito hace al monje, pero estoy convencida de que los gustos nos delinean (y los disgustos nos dejan arrugas).
Así que en lugar de definirme por mi nombre, edad, género, etc. cual prontuario policial, prefiero darme a conocer por lo que me gusta, tal vez también por lo que no me gusta, pero prefiero pensarlo desde lo positivo, al menos por ahora...
Y las declaraciones y los gustos producen encuentros (y a veces desencuentros)...
Y ponele que empiezo a enumerar y clasificar mis gustos, a ver con qué/quién nos encontramos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentá, compartí, disentí, comunicá...